Estamos expuestos a un sinfín de distracciones en el mundo exterior y, cada vez más, ese bullicio invade también nuestros espacios más íntimos. Por lo que, si todo puede ser ruido, ¿qué sería lo más sensato, abandonarnos o resistirnos a las distracciones que nos rodean?
La acción de sobrepensar se asocia a la ansiedad y otras conductas que buscamos evadir (sin mucho éxito) antes que entender, o al menos intentarlo. La indecisión se combate fomentando sentimientos de culpa y hay veces en que dirigir nuestra atención a una actividad resulta más complicado que la actividad misma. Las expectativas de productividad y eficiencia nos invitan más a dejar de pensar que a cuestionar los incentivos y limitaciones de nuestras conductas.
Es por eso que en este video reflexiono acerca de cómo podemos sobrepensar mejor.