Saltar al contenido

Necesitamos perfiles más generalistas y mejor interconectados: polímatas

Hoy llego a esta entrevista a Alejandro Piscitelli. La siento muy pertinente tras mi reciente experiencia como maestro de preparatoria, el empecinamiento escolar de creer que podrá controlar el futuro negando la incertidumbre que nos contiene — nos exprime sin descanso — y la urgencia de crear puentes entre saberes, comunidades, tiempos y seres. Lo cual, también debe suceder fuera de los entornos formales de aprendizaje. 

Hoy cobran valor los perfiles profesionales más generalistas y menos especializados.

A este respecto, Piscitelli, profesor de la Universidad de San Andrés, donde dicta desde 2020 una materia que se llama “Construcción de Escenarios Futuros”, propone la idea de los polímatas. 

Aquí puedes leer la entrevista.


A continuación comparto mis notas sobre dicha entrevista.

Necesitamos profesionales más generalistas

Los polímatas, dice, “son personajes que han cruzado fronteras, investigan permanentemente, tienen aspiraciones fuera de lo común y las concretan.” Da ejemplos como David Bowie, John Cage, Hedy Lamarra quien no conocía hasta ahora — y Robert Oppenheimer

Pienso, por mi parte, en dos de mis referentes personales: Peter Brook, quien quería hacer cine y terminó consolidándose como un director de teatro que rompió paradigmas y nos mostró que era posible hacer teatro vivo y minimalista; y Ernesto Sabato, escritor argentino que migra — vuelve, según sus propias palabras en “El escritor y sus fantasmas” — de las ciencias exactas a la literatura. 

Esto es importante: 

Los polímatas son gente que tiene muy buenas ideas, que provienen de fuentes muchas veces contradictorias, complejas, y que las ejecutan de manera espectacular. 

Alejandro Piscitelli

Las inteligencias múltiples

Aquí soy más cauteloso, no porque dude de la diversidad en el ejercicio de la inteligencia sino justamente porque muchas de las aplicaciones prácticas, principalmente en las escuelas, de la noción de las inteligencias múltiples, no consiguen la democratización que pregonan. Y los más afectados son los más jóvenes siempre. Primero quienes no consiguen adaptarse a esquemas más tradicionales de enseñanza-aprendizaje y segundo, no menos importante, quienes sí lograron adaptarse pero crecen con la noción falaz de cierta superioridad intelectual respecto de quienes no destacan en los razonamientos lógico-matemático y/o lingüístico. 

Dispongo del siguiente extracto en una de las respuestas de Piscitelli: “La noción de Howard Gardner, que fue brillante hace 30 años, trataba de mostrar que la escuela había exiliado otras inteligencias que están en todos los seres humanos…” para destacar algo inherente al pensamiento que suele subestimarse en la práctica: la contextualización de ideas, conceptos y necesidades. 

Hace 30 años era pertinente reivindicar inteligencias antropocéntricas — como las clasifica Piscitelli — como la emocional, visual o interpersonal. Esto no es suficiente para el siglo XXI, donde, por ejemplo, la socialización de cuestiones relativas a la salud mental ha traído nuevos desafíos entre la fisiología y la experiencia de nuestras emociones. Dicho de otro modo: conocer las actividades que incrementan la producción de dopamina no garantiza que tendremos la motivación necesaria para realizar nuestras actividades siempre. Y la medicación tampoco es una solución a largo plazo. El mundo es más complejo. 

En ese sentido, Piscitelli también nos invita a dejar atrás la oposición entre humano y naturaleza: 

“A nosotros nos interesa mucho la historia de largo plazo: haciendo historia descubrimos que las plantas son inteligentes, los animales y las máquinas también; hasta los extraterrestres pueden ser inteligentes. Ahí ampliamos la noción de inteligencia. La vemos como una capacidad adaptativa y creemos que la definición humana es muy reductiva; te impide imaginar opciones.”

Alejandro Piscitelli

¿Qué habilidades resultan críticas para desenvolverse en el mundo actual?

El desbloqueo psicológico 

¿Cómo reaccionar frente a lo sorprendente? — cómo preservar y desarrollar nuestra capacidad de asombro, agregaría —. Estamos tan adoctrinados a esperar un futuro suma cero, sin sorpresas, que negamos la incertidumbre y la ansiedad se dispara; despreciamos la innovación porque no da resultados inmediatos y, como no tenemos tiempo de esperar, nos aferramos a lo que tampoco sirve para el presente, pero sentimos que lo entendemos y eso nos da tranquilidad emocional. 

Es decir, nos conviene aprender a no sucumbir a nuestros sesgos emocionales y la esperanza de que las cosas vuelvan a ser como antes. 

La capacidad de leer la realidad en múltiples claves

Desarrollar la solvencia y los contactos para salir de esta realidad: “Se dice que la gente que tiene un tenedor cree que todo se puede arreglar con un tenedor.”

Como docente y creativo, me sumo: yo tampoco estoy en contra de las disciplinas sino a favor de las antidisciplinas, parafraseo: a favor de la búsqueda rigurosa y consistente de la interconexión entre dos, tres o más formaciones profundas.  

Respecto de la alfabetización expandida o aumentada: ¿qué quiere decir estar educado en el siglo XXI?

Ser capaz de leer entre líneas, en profundidad, lo que se está leyendo. 

Si quieres una sociedad más horizontal, por ejemplo, debes empezar por ceder tu poder para empoderar a quienes tienen menos poder que tú. La escuela me sigue pareciendo el lugar idóneo para formar sociedades más democráticas, pero la gran mayoría tienen pánico de siquiera mencionar la idea de modificar relaciones de poder — que igual llevan décadas en crisis — durante la formación de niños y jóvenes. Al mismo tiempo, se lamentan por los abusos del presente como el plagio académico o el triunfo de la corrupción sobre las instituciones públicas y privadas. Esto me vuela la cabeza, me indigna que tantos directivos, principalmente en niveles básicos de educación, carezcan de la solvencia intelectual para asumir este tipo de retos. 

Así lo digo y lo sostengo, muchos directores de educación básica son intelectualmente incompetentes para la labor que desempeñan. Pero los protegen, la tradición con sus autoritarismos, la indisciplina organizacional ante transiciones — poca o nula planeación estratégica y la expectativa de beneficios inmediatos — y el miedo colectivo ante lo desconocido en cofradía con padres de familia e instituciones públicas reguladoras. Los principales afectados, nuevamente, son los estudiantes.   

Cinco competencias básicas en educación para el siglo XXI

Literacy

Ser capaz de leer la ideología, la ciencia, la complejidad entre líneas de lo que se lee. No hay mensaje sin mensajero y dicha subjetividad — que contiene y trasciende al individuo que comunica — tampoco es fija sino que está constantemente mediando entre sus intereses y la realidad. 

Numeracy 

Ser capaz de ver la realidad en números, estadísticas, gráficos. En síntesis, saber interpretar datos de un modo técnico para que no todo sea opinión.  

Articulacy

Storytelling, la capacidad de articular relatos convincentes, llamativos. 

Graphicacy

La capacidad de visualizar información a través de dibujos e infografías. Esto te permite ver relaciones causales y multicausales, conexiones. 

Promt literacy

Uno tiene que alfabetizarse para saber cómo preguntarle al ChatGPT, por ejemplo. Es decir, la inteligencia artificial como un interlocutor más.