Saltar al contenido

Un archivo imprudente y necesario para pensar

Termino de escribir el título y me asalta la duda: ¿para quién es este texto? 

Pareciera, furtivamente, que necesito justificarme — validación — para publicar estas notas, más o menos incómodas pero siempre incompletas, sobre lo que voy reflexionando. 

Un archivo imprudente y necesario para pensar. Google Drive sugiere "prudente" en vez de "imprudente"
Curiosa sugerencia, Google Drive.

Hay días en que preferiría no hacerlo, escribir sólo para mí. Lo he intentado. También lo pretendí en mis primeros veintes, pero no me considero un escritor. Entonces me aboqué a las artes escénicas, incomodé a varios que esgrimían que, para ser artista, necesitas un título universitario que te respalde y no les presté demasiada atención: seguí actuando y bailando. Mi título universitario no dice “artista” sino licenciado en comunicación. Participé en proyectos geniales. Gané muy poco dinero. Llegué cansado a la pandemia y la pausa en mi trabajo escénico — en sintonía con la pandémica pausa — me está llevando por una curiosa curva que por momentos reconozco, como si ya hubiera pasado por ahí antes — entonces aventuro una decisión distinta —, y por momentos sólo desconcierto. Aunque, a diferencia de mi burnout pre-pandémico, tengo determinación hacia el futuro y aquí vamos.    

Pero vuelvo a querer publicar lo que escribo. Mejor dicho, a intentar asumir que necesito publicar lo que escribo. Otros lo han dicho antes y mejor, pero los textos se transforman cuando son leídos, a veces me traen claridad y siempre, la incomodidad de sentirse expuesto a destiempo me termina empujando hacia la determinación de asumir mis confusiones y buscar claridad: seguir leyendo. Hay algo de performativo en esto, de implacable y efímero, como el quehacer escénico. 

En otro momento, este texto pasaría más días entre mis archivos personales — en la nube, pocas cosas pueden decirse privadas — y yo buscándole una mejor versión: bordes menos erráticos, una metáfora más precisa, el título perfecto y así… quizás, esto lo pienso ahora, con la pretensión de que fuera más prudente para sentirme menos expuesto. Un despropósito para cualquier artista. 

Hoy los ojos externos, humanos y no humanos, tienen un valor cuantificable respecto a un texto publicado — imagen, video, audio son textos siempre —, esto redimensiona las implicaciones de lo que “imprudente” y “necesario” pudieran significar al ir dejando, con relativa intencionalidad, el rastro de uno en internet, donde no hay olvido. No sé muy bien cómo me relaciono con dicha condición en estos momentos. Sin embargo, tengo claro que siempre habrá quienes no nos permitan dejar de ser «su breadcrumb trail»  de nosotros dentro y fuera de la internet, aunque hayamos olvidado ese rumbo de nosotros mismos con el tiempo. 

Y aquí estamos, resistiendo lo mejor que podemos el ser metidos al horno para ser el postre de alguien más.

Etiquetas: