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Entre medios sociales, ya estoy en Mastodon

La dimensión social de internet se ha venido acotando sin mucho pudor durante la última década: todo es mercancía en potencia. Pienso en la devoción por los atajos para ser visto, ese somnífero contra la creatividad.

Pienso también en la melodramatización de nuestro cotidiano para ser admirados sin ofender a la audiencia, esa moneda digital que entre menos valor, toma más fuerza. Busco herramientas contra la devoción y la falsa claridad que brinda la inmediatez: lo sabría todo si quisiera.

La ilusión de “lo efímero”

O, en palabras de McLuhan: “El medio es el masaje”

Todos los medios nos vapulean minuciosamente. Son tan penetrantes en sus consecuencias personales, políticas, económicas, estéticas, psicológicas, morales, éticas y sociales, que no dejan parte alguna de nuestra persona intacta inalterada, sin modificar.

Marshall McLuhan, Quentin Fiore y Jerome Agel, 1967.

Pienso en el letargo de ser más visto cuantitativamente, en el rédito de bordear el filo de la tolerancia que desdibuja a la audiencia entre el eco: soportar el ruido para vivir de ello, atizarlo para cobrar más por simular más, no mejor.

Ninguna comprensión de un cambio social y cultural es posible cuando no se conoce la manera en que los medios funcionan de ambientes.

Marshall McLuhan, Quentin Fiore y Jerome Agel, 1967.

Aclaro que esta simplificación no pretende contener las redes sociales en internet, espectro inabarcable y dinámico en el que participamos sin remedio — y con algo de optimismo. Tampoco se trata de alguna solemne resignación más pasando desapercibida sino, sencillamente, de un primer ejercicio conciliador para mi interactividad digital presente.

Ya estoy en Mastodon Social

Incursionando (por segunda vez, en estricto sentido) en Mastodon (@dalgorozpe@mastodon.social).

Perfil de Daniel Gorozpe en Mastodon: @dalgorozpe@mastodon.social

Y esta fue mi presentación

(una versión previa más condensada de este post).

Photo by Battenhall on Unsplash